El futuro sera obra del fuego mismo, o no sera...

Recuerdo cuando trabajaba en una heladería y volvía a mi casa, repitiendo la misma rutina del prole obligado a tener la cadena al cuello mientras otros duermen: llegar tarde por la noche, ir al baño, calentarse la comida en el microondas, y comer mientras la televisión llena tu cabeza de idioteces, lo suficiente como para provocarte sueño e ir a la cama a recargar energías para asi la otro día, ponerlas al servicio otra ves de las ordenes de tus verdugos. Recuerdo que siempre que encendía la tv me encontraba con los patéticos pastores de las sectas cristianas brasileras predicando su mentiras de mierda, sentía lastima por aquellos que les creían. Un dia caminando por ahí me encontré en las paredes de lo que una ves fue una prospero centro de trabajo uan frase del anarquista español Buanaventura Durruti “la única iglesia que ilumina es la que arde en llamas”, y pense, el resplandor de las llamas alumbraran esas mentes oscurecidas por ese engendro producto del miedo y la ignorancia, esa barrera al libre pensamiento llamado religión: el día que el fuego llegue el control sobre nuestra moral terminara, y nacerá una nueva moral, una moral pura. Y por sobre todas las cosas, libre.

Había olvidado esa frase, hasta hace unos días, cuando caminando hacia un acto por la semana de enero la volví a ver. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, porque como decía Bakunin, la pasión destructora es también una pasión creadora…